23 octubre 2019

Todo lo que debes saber para viajar a Singapur



Organizar un viaje a Singapur es tan fácil como sacar un billete y hacer las maletas. No hace falta vacunarse de nada, ni sacarse un visado, ni hacer ningún trámite previo; con el pasaporte en vigor ya tienes todo lo que necesitas.


Esa es una de las ventajas de viajar a este país. Otras son lo fácil que es moverse por él, lo organizado que es y lo limpio que está, y todo lo que ofrece en una superficie tan pequeña. Y encima es una base perfecta si lo quieres combinar con cualquier otro destino del sudeste asiático.

Yo habré estado ya unas 6 o 7 veces y seguro que volveré (es lo que tiene tener una hermana viviendo allí) así que sin ser una experta porque no he pasado grandes temporadas sí que lo conozco bastante bien. Y además me encanta.

Puede que hayas oído que Singapur es la ciudad más cara del mundo para vivir (sí, por delante de Tokio, Nueva York o Reikiavik) pero, por suerte, no lo es tanto para ir de visita. Y a cambio es una de las más limpias y seguras.




Singapur es conocida también por la cantidad de cosas por las que te pueden multar aunque lo cierto es que las que afectan al turista tampoco son tantas y a mí me parecen bastante razonables: 

La que más llama la atención a la gente es la de que el chicle esté prohibido, aunque en realidad sí se puede consumir, lo que no está permitido es importarlo y venderlo y, por supuesto, tirarlo al suelo. Aquí lo de tirar basura al suelo ni se contempla (así está de limpia la ciudad), tampoco se puede comer ni beber en el metro y está prohibido fumar prácticamente en todas partes, incluso al aire libre. Y, como curiosidad, también está prohibido "robar" el wifi ajeno.


Viajar desde España




Como decía al principio, a los españoles nos basta con tener el pasaporte en vigor.

En cuanto al viaje en sí, no hay vuelos directos entre España y Singapur. La manera más directa es desde Barcelona con Singapore Airlines que hace solo una escala técnica en Milán, pero lo cierto es que esta aerolínea suele ser bastante cara y además yo viajo desde Madrid, así que solo la he usado en una ocasión.

Las últimas veces que he ido ha sido con Emirates. El precio del billete me pareció bastante razonable (menos de 600€) y sobre todo es un viaje cómodo porque la escala, en Dubai, es a mitad de camino y tampoco es demasiado larga (esos vuelos en los que haces un salto de 13 horas, luego una escala y otro salto de 2 horas me matan...)

Además tanto a la ida como a la vuelta el primer tramo lo hicimos de noche, así que dormimos bastante, especialmente a la vuelta porque el vuelo iba vacío y pudimos coger un par de filas de cuatro y tumbarnos a dormir.

El aeropuerto de Changi, en Singapur, es una maravilla, de esos en los que no te da ninguna pereza pasar unas horas de escala, y los trámites al llegar son muy rápidos.


Moverse por Singapur




A pesar de ser un país tan caro, en Singapur el transporte público es sorprendentemente barato y muy eficiente, así que no vas a necesitar el coche para nada. Aún así, que sepas que se conduce por la izquierda más que nada para evitar sustos a la hora de cruzar la calle.

Y hablando de cruzar la calle, otra de las famosas prohibiciones es la de cruzar por donde no se debe, aunque tengo que decir que en esto les he notado mucho más relajados en mi último viaje y he visto a mucha gente cruzar por cualquier lado (y admito que yo también.) Hace unos años esto era rarísimo y además te miraban mal si lo hacías tú.

Los billetes de metro (MRT) y autobús se pueden comprar sueltos pero a poco que vayas a moverte en transporte público compensa sacarse el EZ-Link, una tarjeta recargable con la que la tarifa del billete se reduce considerablemente. El cargo inicial mínimo para sacarse el EZ-Link es de $12 (unos 9€) de los cuales $5 no son reembolsables, son el coste de la tarjeta; el resto, si no lo gastas, lo puedes recuperar cuando te vayas.

La tarjeta también se puede utilizar para el water taxi en el río para moverte entre quays.




La tarjeta es personal, no se puede compartir, así que si vas en grupo o en familia como nosotros, puede que te compense moverte en taxi. 

Los taxis funcionan muy bien, son más baratos que en España y se usan muchísimo. Por la noche el precio sube bastante pero durante el día puedes cruzarte la ciudad por menos de 10€. Hay varias aplicaciones y compañías, pero la más utilizada es Grab.

Una curiosidad de Singapur es que los códigos postales no designan un distrito sino que cada edificio tiene el suyo propio (lo mismo que las paradas de autobús) con lo que es muy fácil introducir la dirección exacta para pedir un taxi desde cualquier sitio. Realmente lo tienen muy bien montado.

Mi consejo es que nada más llegar te compres una tarjeta SIM prepago porque, aunque hay wifi en muchos sitios, es preferible no tener que ir buscando red cuando la necesitas. Las principales compañías son SingTel y StarHub y puedes comprar una tarjeta por $15 (unos 10€) con datos suficientes para despreocuparte durante tu estancia.



Comer




Singapur es un paraíso foodie. La oferta es sencillamente interminable y hay restaurantes de todo lo que te quieras imaginar. Todos los centros comerciales tienen una zona de restauración superextensa y, al contrario de lo que pasa aquí que solo se suelen encontrar franquicias y establecimientos de comida rápida, en Singapur muchos de los mejores restaurantes se encuentran dentro de un mall

Y tienes todo tipo de precios. Comer en un restaurante medio apañado puede salir muy caro (el precio del alcohol, incluida la cerveza local, es prohibitivo) pero también se puede comer muy bien por poquísimo dinero.

En Singapur son muy típicos los hawker centers, que son lugares donde se agrupan varios puestos de comida callejera con mesas en el centro. Comer en un hawker center es una experiencia que no te puedes perder si viajas allí. Cada puesto está especializado en algo distinto y suelen ser platos sencillos pero muy ricos y de calidad. De hecho, uno de estos puestos recibió una estrella Michelin en el año 2016 por un plato de pollo en salsa soja con arroz que cuesta menos de 2€.

Un par de cosas que viene bien saber sobre los hawker centers es que no dan servilletas aunque en algunos puestos venden pañuelos de papel y que la bebida no se puede comparar donde compras la comida (ya he dicho que cada establecimiento se especializa en algo concreto). Las mesas son comunes para todos los puestos y si ves alguna con un paquete de kleenex encima no pienses que se lo han dejado olvidado, es la forma de hacer saber que la mesa está ocupada mientras la persona está pidiendo la comida.





Otra experiencia gastronómica que no te puedes perder en Singapur es el chili crab, el cangrejo en salsa de chili picante. Está para chuparse los dedos (literalmente) y si lo comes en uno de los restaurantes con terraza con vistas al río mejor que mejor. 

Un sitio que no me pierdo cuando voy es Din Tai Fung. Es un restaurante taiwanés (el original también tiene estrella Michelin, si no me equivoco) y siempre que estoy en Asia busco si hay una franquicia de este lugar porque son los mejores dim sum del planeta. Los xiao long bao, unos dim sum pequeñitos con caldo dentro, están para morirse y el arroz frito con huevo y gambas delicioso.


Compras




Si te gusta ir de compras estás en el lugar adecuado. La concentración de comercios de todo tipo es sencillamente asombrosa, especialmente en Orchard Road donde hay un centro comercial detrás de otro. Aquí encontrarás todas las firmas de lujo y por supuesto todas las grandes marcas (Zara, H&M y compañía) pero también tiendas locales. Y el precio oscila entre prohibitivo y barato. Es un poco locura, la verdad...

Resulta muy sorprendente que en un país donde hace un calor tremendo todo el año, en invierno los escaparates se vistan de temporada, pero de temporada europea. Cuando estuvimos hace unas semanas se veían parkas, plumas y abrigos en todas las tiendas que en Singapur no se van a usar en la vida. Pero el país es un destino de compras y desde luego no pierden comba.

En cualquier caso los centros comerciales son bastante chulos y muy modernos y merece la pena entrar a verlos solo por el diseño. Uno de los últimos es el de Funan, que en la azotea tiene un jardín público con un huerto urbano, y en general un concepto bastante innovador y funciona como punto de encuentro de creativos.

Aunque a mí lo que más me gusta son las tiendas pequeñas e independientes como las que se encuentran en Haji Lane, Kampong Glam y algunas zonas de Chinatown.




En cuanto a alimentación, el supermercado del centro comercial Mustafa en Little India es insuperable. Está abierto las 24 horas del día y es una atracción en sí mismo si, como a mí, te gusta visitar los supermercados de los sitios a los que viajas y cuanto más exóticos, mejor. 

En Singapur llenar el carro de la compra no es nada barato, desde luego, pero Mustafa está muy bien para todas esas cosas que no se encuentran fácilmente en España como especias raras (hay pasillos y pasillos de especias, no exagero), frutas y verduras exóticas (eso probablemente no te lo vayas a traer de vuelta, pero a lo mejor te apetece probarlo), productos ayurvédicos, bebidas curiosas y otras cosas que no tengo ni idea de qué son ni para qué sirven pero que me habría traído solo por el packaging.




Ten en cuenta que si gastas mas de $100 en una tienda tienes derecho a la devolución de impuestos y el trámite en el aeropuerto no puede ser más sencillo. Está todo automatizado y lo único que hay que hacer es introducir en unos cajeros automáticos el número de pasaporte y el de la tarjeta de crédito donde quieres que te hagan el ingreso. En menos de 72h (y eso que pilló fin de semana) yo tenía el reembolso hecho.


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Y esto es todo de momento. Ahora me falta la parte más importante, que es la de qué ver y hacer en Singapur pero eso queda para la próxima entrega.

Espero que te haya sido útil y si te ha parecido interesante recuerda que puedes pinear esta foto y guardarte el artículo para más adelante.




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