Uno de mis objetivos culinarios de este confinamiento era hacer cinnamon rolls. Esos rollitos de canela con glaseado son mis favoritos y nunca los había preparado así que pensé que era el momento perfecto para hacerlos en casa. Imposible: en estos dos meses no ha habido manera de encontrar levadura de panadería pero como no hay mal que por bien no venga a cambio he hecho un master en brownies.
A Sofía le encanta hacer bizcochos conmigo (de tal palo...) pero en la cuarentena le ha dado fuerte con los brownies. En casa nos encantan pero no suelo hacerlos y no tengo una receta de esas infalibles a la que recurrir así que optamos por probar varias hasta dar con la perfecta. Y, aunque de sabor estaban ricas, ninguna de ellas era LA receta.
Cuando digo que he hecho un máster no es broma (en una semana debimos hacer tres o cuatro recetas diferentes) y con tanta prueba he acabado elaborando la mía propia. Estará mal que lo diga pero creo que la he clavado. Lo de poner pistachos salió un poco de casualidad porque a Sofía no le gustan las nueces y era lo que teníamos en ese momento, pero fue todo un acierto porque el toque saladito que le dan le va perfecto; no sé si lo sabes pero cualquier cosa con chocolate gana muchísimo con una pizca de sal porque potencia su sabor.
Así que aquí tienes mi receta de brownie. No es un dulce ligero, vas a notar las calorías en cada mordisco que des, pero te garantizo que merecen la pena.
Ingredientes
- 3 huevos
- 250 gr azúcar (yo uso mitad blanca y mitad moreno)
- 200 gr mantequilla
- 125 gr chocolate amargo
- 1 cucharadita vainilla
- 130 gr harina
- 20 gr cacao en polvo
- 1/2 cucharadita sal
- 100-125 gr pistachos
- 75 gr pepitas de chocolate
Preparación
Precalentar el horno a 180º y engrasar y forrar un molde de aproximadamente 20 x 30 centímetros.
Fundir el chocolate con la mantequilla al baño María. Hacerlo a fuego lento para que la mezcla quede solo tibia y no caliente.
Mientras se derrite el chocolate, batir los huevos con el azúcar y la vainilla hasta que blanqueen.
Agregar el chocolate fundido a la mezcla anterior y batir. Ojo, es importante que el chocolate no esté caliente o el huevo podría cocerse.
En un bol aparte mezclar y tamizar juntos la harina, el cacao y la sal. Añadirlo al preparado de chocolate mezclando bien pero sin batir demasiado.
Por último añadir los pistachos (a mí me gusta encontrar trozos bastante grandes así que los parto solo por la mitad) y las pepitas de chocolate (si no tienes puedes utilizar chocolate negro cortado en trozos) y mezclar con una espátula para que se distribuyan por la masa.
Verter la masa en el molde previamente engrasado y hornear entre 25 y 30 minutos.
El brownie auténtico es crujiente por fuera y bastante gooey o pegajoso por dentro, así que vigila bien para que no se te quede seco. En mi horno son 30 minutos exactos pero ya sabes que cada uno es un mundo. Te recomiendo que pinches con un cuchillo a partir de los 25 minutos y compruebes cómo va: tiene que salir con migas y un poquito manchado pero no mojado.
Si lo vas a desmoldar deja que se enfríe antes para que no se rompa. ¡Disfruta!
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