10 junio 2019

Joyas coloniales de Yucatán


Fachada colonial en Valladolid con banderines de colores


Si hay algo que tenía claro en este viaje a México era que no quería quedarme solo en la playa. No hay duda de que la costa de Yucatán y la Riviera Maya son una maravilla y que el relax entre palmeras al borde del mar está fenomenal, pero a mí lo que de verdad me gusta de México es el colorido de sus ciudades coloniales (esas fachadas turquesas, fucsias o amarillas), las plazas porticadas, las iglesias, los suelos de mosaico....

La herencia colonial en México es brutal y sabía que Yucatán no me iba a decepcionar.

Nuestra base para explorar el Yucatán colonial fue Mérida, la capital. Es una gran ciudad, no un pueblecito, así que a Mérida le dedicaré una entrada completa (más que nada para que esta no se haga eterna) y aquí me voy a centrar en las otras joyas coloniales que visitamos en nuestro viaje: Valladolid, Izamal, Uayma y la hacienda Yaxcopoil



Valladolid



No sé tú, pero yo cuando pienso en la típica ciudad mexicana lo primero que se me viene a la cabeza son calles adoquinadas bordeadas de fachadas de todos los colores, patios escondidos en los que resguardarse del calor y plazas porticadas con su iglesia correspondiente.

Pues exactamente así es Valladolid.

Merece la pena perderse por las calles que rodean la plaza central y entrar en el Palacio Municipal. Desde la galería de la primera planta hay una bonita vista de la plaza y de la iglesia de San Servacio.


Padre e hijo de espaldas paseando de la mano bajo unos arcos

A la izquierda, niños y hombre subiendo las escaleras interiores del palacio; a la derecha, niña asomada a un balcón con iglesia al fondo


Date una vuelta por la plaza y entra en el parque Francisco Cantón que está siempre muy animado. En Valladolid hay varios museos e iglesias para visitar, pero si prefieres disfrutar de sus calles no te puedes perder la Calzada de los Frailes, sin duda la calle más bonita de todo Valladolid, que desemboca en el Convento de San Bernardino de Siena.


Niña paseando frente a una fachada colonial rosa
A la izquierda, mujer de espaldas con traje típico frente a fachada verde; a la derecha, niños comiendo helado frente a fachada colonial amarilla.


Si quieres bañarte en algún cenote, cerca de Valladolid tienes varios. De hecho, dentro del propio núcleo urbano hay uno (cenote Zaci), y en sus alrededores hay algunos de los más conocidos como Xkekén y Samulá.

Nosotros visitamos el de Xkekén y es muy chulo. Puede que no sea el más bonito, pero impresiona lo de bañarse en una cueva subterránea (la luz llega por un agujero en lo alto de la cueva.) Eso sí, el agua está bastante fresquita pero como ese día creo que llegamos a los 40º era hasta de agradecer. Como ya he dicho más veces, lo mejor es llegar pronto para evitar aglomeraciones (no fue nuestro caso, me temo...)

Dónde comer


El Atrio del Mayab es un restaurante con un patio precioso, lleno de plantas, que para nosotros fue un auténtico oasis en medio del calor sofocante que hacía ese día. Está en la plaza Municipal, así que es super fácil de localizar.

La comida estaba buenísima; las tortillas las hacen a mano ahí mismo y el guacamole (el mejor que he probado) te lo preparan al momento en la mesa.


Plato de guacamole, camarones y tortillas


Justo al lado del restaurante está Yalat, una tienda de artesanías y ropa con un bonito jardín al fondo. Merece la pena entrar a cotillear incluso si no tienes intención de comprar nada.


Interior de tiensa con ropa y artesanías mexicanas



Izamal



Izamal es una ciudad colonial fundada en el siglo XVI sobre los restos de una antigua ciudad maya y tiene la particularidad de ser de color amarillo. Pero no un poco amarillo, no; amarillo huevo nada menos.

Todas las casas del centro, incluyendo el Palacio del Gobierno y el convento, están pintadas de este color con las puertas y ventanas bordeadas en blanco.

Está más o menos a una hora de Mérida y merece la pena la visita, no solo por la explosión de color (y créeme que es un shock) sino porque ha sabido mantener su herencia colonial con sus calles de adoquines y sus farolas antiguas.


Hombre en moto pasando frente a fachada amarilla en Izamal

Hombre en bici pasando frente a los arcos de la plaza en Izamal

Niño de espaldas frente a fachada amarilla desconchada en Izamal


La joya de la corona es el Convento de San Antonio de Padua, una construcción elevada sobre la plaza que tiene un impresionante atrio de entrada rodeado de arcos y que es sin lugar a dudas la imagen más típica de la ciudad.

En la plaza también se puede alquilar una calesa, por si te apetece recorrer el pueblo cómodamente a caballo en lugar de caminar bajo el sol abrasador. Nosotros no lo hicimos, pero no es ninguna tontería, desde luego...


Vista del Convento de San Bernardino (Izamal) desde el atrio

Calesa frente al convento de San Bernardino en Izamal

Detalle de los arcos del atrio del convento de San Bernardino en Izamal

niños y hombre de espaldas paseando bajo los arcos del atrio del convento de San Bernardino en Izamal


Otra curiosidad de Izamal es que hay restos de varias pirámides mayas dentro del casco urbano. Nosotros subimos a la pirámide Kinich y desde lo alto hay una buena vista de la ciudad.

Está sin reconstruir por lo que hay que tener cuidado con dónde se pisa, aunque a los niños les pareció toda una aventura. (De hecho cuando estuvimos después en las ruinas de Uxmal decían que aquello no era escalar pirámides, que eso era subir escaleras.)


Niños descendiendo de una pirámide maya en Izamal


Dónde comer


El sitio más recomendado es Kinich, un restaurante muy bonito bajo una enorme palapa (techo de palmas secas) un par de manzanas al norte de la plaza, pero cuando llegamos estaba llenísimo y había una cola muy larga (es lo que tiene ir en Viernes Santo sin reserva), así que optamos por ir al Café Los Arcos. Es un lugar muy sencillo bajo los arcos de la plaza Itzamna con un patio muy agradable.


Detalle de un patio con luces de verbena y algunas plantas


Uayma



A unos 15 minutos de Valladolid está Uayma, un pueblecito minúsculo y a simple vista totalmente aletargado (apenas vimos 5 o 6 personas) que pasaría totalmente desapercibido si no fuera por su iglesia.

La iglesia de Santo Domingo de Guzmán, del s. XVII, es sin duda de las más originales que he visto. Tiene la fachada completamente recubierta de grandes rosetones blancos y una gran águila bicéfala sobre la puerta de entrada. También el interior está recubierto de rosetones pintados en varios colores.


Niño con bici entrando en una iglesia roja cubierta de rosetones en Uayma


La iglesia fue restaurada en el año 2005 y si ves fotos de ese momento verás que la fachada es muchísimo más roja y los rosetones son blancos y azules, pero supongo que 14 años bajo el solazo yucateca han pasado factura a la pintura y a día de hoy los colores están mucho más desvaídos: el azul prácticamente ha desaparecido y el rojo casi se ha convertido en color salmón. Aún así merece la pena acercarse a visitarla si estás por la zona. 

Tiene un patio que da a un pequeño claustro, pero solo pudimos verlo desde la reja porque la valla estaba cerrada y no había nadie que pudiera abrirnos.


Niña corriendo bajo unos arcos en Uayma

Detalle de la fachada de rosetones de la iglesia de Santo Domingo en Uayma

Silueta de un hombre al lado de una fachada colonial roja en Uayma



Hacienda Yaxcopoil



Una de las cosas más típicas de Yucatán son las haciendas henequeras, dedicadas al cultivo del henequén o sisal, una planta tipo cactus de la que se extrae una fibra vegetal con la que se hacen sogas y cuerdas. 

Así de primeras puede parecer poca cosa, pero hasta que empezaron a fabricarse fibras sintéticas este material estaba muy demandado y dio lugar a enormes fortunas. De hecho era conocido como el "oro verde".


Arcos del patio central de la hacienda Yaxcopoil
Dos imágenes de los arcos del patio de la Hacienda Yaxcopoil lleno de plantas


Las haciendas estaban concebidas como unidades autónomas e independientes. Además de la casa principal donde vivían los patronos había una casa de máquinas para procesar el henequén, almacenes, escuela, enfermería, capilla y hasta prisión.

La mayoría terminaron siendo abandonadas cuando se pasó la fiebre del henequén, pero ahora muchas de ellas han sido recuperadas y rehabilitadas como hoteles de lujo y restaurantes.

La que nosotros fuimos a ver no es ni una cosa ni la otra. Es una especie de museo en el que se muestra cómo era la vida en aquella época, aunque a veces se alquila para eventos y rodajes y también tiene una casita para huéspedes.


Niños corriendo hacia las escaleras de la casa de máquinas en la hacienda Yaxcopoil

Niño corriendo de espaldas hacia los antiguos almacenes de la hacienda Yaxcopoil


Me encantó. Llegamos poco antes de cerrar y no quedaba casi nadie, así que estuvimos explorando a nuestro aire y además fueron muy amables y no nos metieron ninguna prisa para echarnos cuando llegó la hora.


Hombre y niños sentados en un banco en un jardín colonial

Galería de arcos amarillos en la hacienda Yaxcopoil

Ventana entre palmeras en el jardín de la hacienda Yaxcopoil


No sé si es porque la hacienda no está restaurada o porque estábamos solos o qué, pero lo cierto es que era muy fácil imaginarse en la época y para mí mereció muchísimo la pena. La casa de los propietarios conserva los muebles de época y los suelos de baldosas hidráulicas originales, y el exterior es precioso con las galerías de arcos y los jardines llenos de plantas tropicales. También me gustó mucho la zona de trabajo con toda la maquinaria a la vista. 


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Espero que te haya gustado este recorrido por algunas de las maravillas coloniales que hay en Yucatán. En este mapa te he dejado localizados todos los puntos de los que hablo aquí, para que te sea más fácil orientarte y organizarte.


No dudes en compartirlo o guárdate el artículo para más tarde.


Niña sentada frente a una puerta con palmeras y el texto "Joyas coloniales de Yucatán"



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