26 julio 2017

De viaje por Wisconsin (I): Door County

Cuando la gente se entera de que hemos estado de viaje por Iowa y Wisconsin, flipa. "Pero ¿ahí que hay?" Vamos, exactamente lo mismo que habría dicho yo en su lugar, porque no es precisamente el primer destino que se te viene a la cabeza cuando piensas en ir a Estados Unidos.

En Iowa está la familia paterna de Michael, y hacía tiempo que teníamos pendiente una visita. Pero no queríamos pasar todas las vacaciones en una granja, por mucho que fuese un plan buenísimo para los niños (que lo ha sido, y para los mayores también, pero de eso hablaré en otro post), así que teníamos que decidir dónde ir antes.

Al final lo que hicimos fue coger un vuelo a Chicago, aprovechar para salir a cenar con el mejor amigo de Michael de la universidad, y convertir las 6 horas de coche entre Chicago y Atlantic (Iowa) en un road trip de 10 días por Wisconsin.

Y nos ha encantado.

Supongo que no habrá mucha gente por ahí que tenga Wisconsin en la lista de imprescindibles para su próximo viaje a Estados Unidos, pero te aseguro que merece totalmente la pena. Ha sido un auténtico descubrimiento. Pero vamos por partes...

¡Bienvenido a Door County!




Si miras un mapa de Wisconsin, Door County es esa península estrecha, al este del estado, que se mete en el lago Michigan. Lo llaman el Cape Cod del Midwest por las dunas, los faros, los veleros y los cuidados pueblos con preciosas casas. Yo no he estado nunca en Cape Cod, así que ni confirmo ni desmiento, pero sí es verdad que todos esos requisitos los cumple.

19 julio 2017

10 libros para este verano que no son los típicos "bestseller"

¿Te gusta leer?

¿Sí? Perfecto, entonces creo que este post te va a interesar. Sobre todo si aún no has decidido qué llevarte a tus merecidísimas vacaciones.



A mí me encanta leer, y leo mucho. Hace tiempo me preguntaron cuántos libros leía en un año, y la verdad es que aunque sabía que eran bastantes no tenía ni idea de cuántos, así que decidí apuntarlos para poder llevar la cuenta. Ese año me leí 50. El año pasado quise ver si podía llegar a 52, uno por semana, y al final fueron 55. Y este año voy más o menos por el mismo camino.

Así que, sí, como ves, leo bastante. 
Obviamente no todos son recomendables, ni maravillosos, ni obras maestras de la literatura. Hay de todo. Aunque hace tiempo decidí no terminarme un libro que no me gustase, lo cierto es que muchas veces acabo llegando hasta el final, no sé si por la curiosidad de ver el desenlace o con la esperanza de que el autor se "redima" en los últimos capítulos. Creo que no me ha ocurrido nunca. De hecho, muchas veces me ocurre lo contrario: que un libro que me ha estado gustando termina con un final que no está a la altura, como si de repente al autor se le hubiera echado encima el plazo de entrega y hubiera tenido que finiquitar deprisa y corriendo.

18 julio 2017

7 consejos para volar con niños

Ya expliqué en la entrada anterior que soy muy partidaria de viajar con niños, y que la idea de un viaje largo en avión no me suele echar para atrás. Tengo la inmensa suerte de que mis hijos suelen viajar bastante bien, pero aún así hay varias cosas que hago para hacerlo lo más llevadero posible.



1. Hacer los deberes antes de comprar los billetes



Una vez que tenemos decidido el destino me estudio muy bien las distintas opciones antes de comprar el billete, y no sólo por el precio. Yo suelo usar un buscador tipo Kayak para ver las distintas combinaciones y lineas aéreas con las que ir, y luego me voy a la página web de las compañías correspondientes. Esto lo hago por dos razones: en primer lugar porque aunque normalmente el precio es más barato en el buscador, éste no suele incluir gastos de gestión, así que al final suelen salir por lo mismo y, a igualdad de precio, es preferible comprar el billete en la web oficial por si luego hay que reclamar. Además, en el buscador no viene información sobre otros gastos que pueden surgir, como el de reservar un asiento específico para colocar la cunita del bebé.

Viajar con niños


Siempre me ha gustado viajar. Desde que yo recuerde, la idea de conocer mundo siempre me ha llamado la atención.

Unas navidades cuando era pequeña me regalaron un juego que se llamaba Buen Viaje. El juego tampoco era nada del otro mundo, la verdad, pero yo siempre quería jugar. Tenía unas tarjetas con fotos de monumentos que había que recorrer en un tablero de mapamundi, y cuando no conseguía convencer a nadie para que jugara conmigo me pasaba el rato estudiándome las fotos (recuerdo que las de la Casa Rosada y el Taj Mahal me tenían fascinada.)




Años después tuve la suerte de conseguir un trabajo que me permitió sacar al Willy Fogg que llevaba dentro. Fue una época estupenda, sin nadie a quien rendir cuentas cada vez que quería agarrar el petate y subirme a un avión, que era con bastante frecuencia (y sí, llegué hasta la Casa Rosada y el Taj Mahal.)

Escapada a la Sierra de Gata

Vistas de Trevejo con el texto "Escapada a la Sierra de Gata"

Una de las cosas que más me gustan es salir unos días de Madrid y, a juzgar por las hordas que se mueven en cuanto hay un puente, se ve que no soy muy original... Así que siempre que podemos evitamos los fines de semana y puentes oficiales. 

La última escapada que hicimos fue en mayo. Aprovechamos que el 15 era festivo en Madrid pero no en el resto de España y le añadimos un día más, así que nos fabricamos nuestro propio puente, pero sin atascos.

Yo quería ir a Cáceres ciudad porque no lo conozco (sí, lo sé, no tengo perdón), pero viajábamos con Lupe y eso nos limita mucho el tema del alojamiento. La mayoría de los hoteles que admiten animales (y sobre todo un perro tan grande como el nuestro) están fuera de las ciudades, así que al final optamos por un plan más rural, y pusimos rumbo a la sierra de Gata, al norte de la provincia de Cáceres, en la frontera con Salamanca y Portugal.