Portugal está de moda.
¿Verdad que no es solo una impresión mía? Y, sinceramente, no me extraña porque tiene de todo: playas magníficas, un patrimonio histórico brutal, gente maravillosa, se come de lujo y encima no es un destino caro.
Y los españoles lo tenemos facilísimo, porque lo tenemos a tiro de piedra y además hablan nuestro idioma a la perfección.
Puente Don Luis I
Da igual que no hayas estado en Oporto, estoy segura de que la imagen de este puente es lo primero que se te viene a la cabeza cuando piensas en ella.
Es un puente imponente, con un gran arco de hierro que cruza el Duero y une la ciudad de Oporto con Vila Nova de Gaia. Fue construido a finales del siglo XIX por un discípulo de Gustave Eiffel (sí, el de la torre) y tiene dos niveles: por el de arriba circula el metro y por el de abajo los coches, pero tanto uno como otro tienen zona para peatones.
Mi consejo es que vayas por uno y vuelvas por otro. Aunque obviamente las vistas son mejores cuanto más alto estés, desde abajo tendrás más cerca los rabelos (barcos típicos para transportar el vino) y las coloridas casas del cais de la Ribera.
Entre la catedral y la Ribera
A pesar de sus empinadas cuestas (o a lo mejor precisamente por eso) Oporto está hecha para recorrérsela a pie y perderse por sus calles.
Uno mis recorridos favoritos es el que lleva desde la Sé (catedral) hasta el Cais da Ribeira a través de unas empinadas y estrechas escaleras encajadas entre las casas.
Junto al puente Luis I hay un funicular que lleva hasta el Largo 1º de Dezembro, muy cerca de la catedral, que te recomiendo coger a menos que tengas las piernas de acero porque la subidita se las trae... Las escaleras de las que hablo (Escadas das Verdades y Escadas do Barredo) se encuentran detrás del Palacio Episcopal y bajan tortuosas entre cubiertas de tejas y paredes desconchadas hasta llegar a las oscuras callejuelas que hay detrás del muelle.
Vila Nova de Gaia
En realidad Vila Nova de Gaia no pertenece a Oporto. Es una ciudad aparte situada en la otra orilla del Duero pero a efectos prácticos es como si fuera un barrio más de la ciudad.
Es conocida por sus bodegas pero incluso si no tienes interés en visitar ninguna, no te la pierdas. Tiene muchísimo encanto y es una zona de lo más animada especialmente en la parte más cercana al río, que está llena de bares y restaurantes.
Si te entra el hambre puedes parar el mercado Beira-Rio, lleno de puestecitos variados alrededor de una zona central con mesas en las que sentarte a tomar algo y a descansar. Además tiene un horario superamplio y está abierto hasta las 11 o 12 de la noche. Perfecto si necesitas hacer un alto en el camino.
También me encantó 7G Roaster, una cafetería chulísima escondida entre tanta bodega, con un patio muy agradable y donde también alquilan apartamentos que tienen una pinta estupenda.
Para llegar hasta Vila Nova de Gaia lo más corto es cruzar el puente de Luis I por la parte de abajo aunque yo te propongo cruzar por arriba y coger el teleférico para llegar hasta el río. Las vistas de Oporto y de los tejados de Vila Nova merecen mucho la pena.
A nosotros con el trayecto nos regalaron una degustación en una de las bodegas –Quinta Santa Eufemia– que está en una callecita muy tranquila frente una iglesia.
Fachadas de azulejos
Si hay algo que se asocie directamente con Portugal son las fachadas de azulejos y Oporto no es ninguna excepción.
Los más conocidos (y probablemente también los más espectaculares) son los de la iglesia del Carmo cuya fachada lateral está enteramente recubierta de azulejos que forman un inmenso mural. Pero no es la única: las iglesias de San Idelfonso, San Nicolás y San Antonio de los Congregados también están revestidas de azulejos.
También son impresionantes los del claustro de la catedral y los que hay en el interior de la estación de São Bento.
Pero además de los clásicos azulejos en azul y blanco que componen murales y representan distintas escenas hay una versión mucho más humilde que a mí me encanta, y que son los azulejos de colores que recubren la fachada de la mayoría de los edificios.
Es fácil pasarlos por alto y quedarse solo en lo colorido de las fachadas, pero te recomiendo que hagas por fijarte un poco en los distintos diseños que se van repitiendo por la ciudad.
Un alto en el camino
Supongo que si vas de paseo te gustará entrar a cotillear alguna tienda chula y en algún momento habrá que parar a comer, ¿no? Pues aquí tienes algunas recomendaciones:
Muu Steakhouse
Rua do Almada 149A
Ni sardinas, ni bacalao. La recomendación gastronómica esta vez va dedicada a los carnívoros.
Este restaurante situado cerca de la plaza da Liberdade fue todo un descubrimiento. Fuimos un lunes sin reserva pero estaba completo y para el día siguiente solo les quedaba una mesa libre a las 10 (que es bastante tarde para cenar en Portugal, la verdad), pero pensamos que si tanto costaba conseguir mesa sería porque merecía la pena. ¡Y vaya si la mereció!
La carne estaba perfecta (de hecho te dicen que si no te lo parece te la cambian) y hay varias guarniciones para elegir. Nosotros nos tiramos a las clásicas patatas fritas pero nos invitaron también al arroz porque se supone que era el acompañamiento estrella y dijeron que teníamos que probarlo. Cenamos de maravilla y todo el mundo fue majísimo. De verdad que parecía que íbamos recomendados por el chef de lo simpáticos y amables que fueron todos.
Rua de Cândido dos Reis, 36
Si hay una tienda que no puedes dejar de visitar es A Vida Portuguesa. Aquí se venden un montón de productos típicos de Portugal presentados con un gusto excelente: latas de conservas con diseños muy vistosos, cerámica, libros, artículos de decoración.., todo muy bien seleccionado. Difícil no picar, te lo advierto.
Rua de Mouzinho da Silveira, 83
Esta tienda la encontramos de casualidad mientras dábamos un paseo y fue un auténtico flechazo. Están especializados en artículos hechos en lana y fieltro de la mejor calidad: mantas, trencas y capas, bolsos, cojines... No es barata, desde luego, pero si quieres algo especial no dejes de visitarla.
Rua de Mouzinho da Silveira, 253
¿Te gustan las camisetas y eres de los que siempre compran alguna cuando están de viaje? Pues aquí encontrarás diseños locales y originales.
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Y hasta aquí nuestro paseo por Oporto. Si te ha gustado no dejes de compartirlo, o "pinea" esta foto para más tarde.
Me encanta esta entrada! Me apunto todo!!
ResponderEliminarNani
Pues toma nota, mira un vuelo barato y escápate cualquier fin de semana. Es un planazo muy fácil de organizar y te va a flipar!
EliminarY las francesinhas?.... Riquísimas
ResponderEliminarEstuve hace unos días. Vinimos encantados.
¿Te puedes creer que no las probamos? Estuvimos solo un par de días y también vinimos encantados. Portugal siempre es una buena idea, ¿verdad?
EliminarNos recomendaron acercarnos a Guimaraes. Nos faltó tiempo
EliminarNosotros a la vuelta paramos en Amarante porque nos lo recomendó una amiga, y me encantó!
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