17 mayo 2018

Escapada rural a la Sierra de Gredos


Este año hemos aprovechado la fiesta de San Isidro para hacer puente y escaparnos a la sierra con unos amigos. Y ha resultado ser un planazo.

Esta vez el destino ha sido Candeleda, en Ávila, un pueblo de la cara sur de Gredos situado a dos horas de Madrid.




Nos ha hecho un tiempo buenísimo (sol y veintipocos grados, perfecto para andar sin morir de calor), el campo y las montañas estaban espectaculares después de tantas lluvias, y encima nos hemos alojado en una casa preciosa, con un jardín enorme y una piscina de lo más apetecible.

Tanto es así que los niños, y algún que otro adulto valiente (yo no), se han bañado a pesar de que el agua estaba helada.






La casa


Nos alojamos en El Escondite de Pedro Malillo, un complejo rural que se compone de varias casas independientes entre sí y con distinta capacidad.

Yo creo que las fotos hablan por sí mismas, ¿no?




La nuestra era "El Arroyo", la más grande y yo creo que también la más bonita, y para nuestro grupo era perfecta. Éramos 6 adultos y 6 niños, y teníamos un dormitorio con su baño correspondiente para cada una de las parejas, y otras dos habitaciones más y otro baño para los niños.

La casa está muy bien equipada, con sitio para sentarse cómodamente en el salón y una mesa de comedor, redonda y enorme, para 12 comensales.

Y encima admiten mascotas, así que hemos podido llevarnos a Lupe con nosotros.



Pero sin lugar a dudas lo mejor es el exterior. El jardín está cuidadísimo, tiene unas vistas preciosas y una piscina super apetecible con un montón de tumbonas y cama balinesa.




Y luego tiene la parte más "salvaje", con el arroyo que da nombre a la casa y un montón de espacio para que los niños se lo pasen bomba explorando. Súper recomendable.






Las excursiones


Candeleda está en plena sierra de Gredos, así que hay muchísimas opciones para hacer caminatas por la zona.

Nosotros íbamos con niños pequeños (de entre 5 y 7 años) así que lo de hacer rutas de 20 kilómetros no entraba en nuestros planes. Aunque es verdad que al final acabamos metiéndoles una buena paliza a los pobres, pero aguantaron como jabatos.


1. Ruta a la Puente del Puerto


Esta ruta es un clásico de la zona y sale desde el mismo pueblo de Candeleda, pero existe la posibilidad de hacer la primera parte en coche, con lo que te quitas unos kilómetros entre ida y vuelta. Eso es lo que hicimos nosotros porque si no iba a ser demasiado larga, pero aún así acabamos haciendo unos 12 kilómetros, que no está nada mal.






El recorrido es precioso, con vistas a las cumbres de Gredos, todavía nevadas, y atravesando bosques y un arroyo. Además con todo lo que ha llovido estaba llenísimo de flores.




La ruta acaba en un puente medieval de piedra y la vuelta se puede hacer por el mismo camino (como hicimos nosotros) o cruzando el puente y bajando por la senda que hay al otro lado del río, que es un poco más larga.







2. Ruta por la Garganta de Chilla


Esta ruta sale desde el santuario de Santa María de Chilla, que está en las afueras de Candeleda. La primera parte es un camino ancho que no tiene pérdida y carece de dificultad, aunque es todo subida.





En un momento dado hay que abandonar ese camino y subir por una ladera llena de helechos. Aquí la cosa se complica un poco más, pero es perfectamente factible y de hecho los niños lo hicieron sin problema.

Las vistas de la garganta y del río son preciosas, y estaba todo tan verde que aquello casi parecía Picos de Europa (dicho por la cántabra del grupo, que conste.)





Como nos empeñamos en bajar hasta el río, al final acabamos haciendo más kilómetros de lo previsto pero mereció totalmente la pena. En la parte a la que llegamos el río formaba unas pozas y cascadas que en verano tienen que ser una maravilla.





Las piedras de la orilla son enormes, perfectas para sentarse a descansar y reponer fuerzas, y para que los niños se diviertan saltando de una a otra sin peligro.






3. Puerto del Pico


El último día no hicimos ruta a pie. Pasamos la mañana en la casa y decidimos volver a Madrid dando un rodeo y comer en el Puerto del Pico.

El camino en coche es precioso, especialmente el tramo de la carretera vieja que lleva de Candeleda a Arenas de San Pedro (los moteros que tomen nota porque me consta que es una chulada para hacer sobre dos ruedas.) Pasa por un bosque de pinos altísimos y cruza un puente con una cascada antes de llegar a Arenas de San Pedro.





Después hay que seguir hasta enlazar con la N-502 y tomarla en dirección a Ávila. Se pasa por el castillo de Mombeltrán, que es exactamente igual que los que se hacen en la playa con los cubos de arena y que me habría encantado visitar, pero como no tuvimos tiempo tendrá que ser en otra ocasión.

Comimos en el restaurante que hay en lo alto del puerto y después dimos un paseo por allí.

Las vistas son chulísimas, hay restos de una calzada romana muy bien conservada, y pudimos ver un montón de cabras montesas.




¿Conocías esta zona? Si no es así te animo a que vayas en cuanto tengas ocasión porque de verdad que es una maravilla. Definitivamente es un plan que repetiremos seguro.





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