Si tu idea de paraíso incluye playas de aguas turquesas y arena blanca entre imponentes paredes de piedra rebosantes de vegetación, enhorabuena: has venido al sitio adecuado.
El Nido es, sin lugar a dudas, uno de los lugares más bonitos que he visto en mi vida.
Está situado en el extremo norte de Palawan, un archipiélago de 1780 islas en el oeste de Filipinas considerado como la última frontera ecológica del país.
El nombre viene de los nidos de salangana (una especie de golondrina) que se encuentran entre las grietas de los acantilados y que sirven para hacer la sopa de nido de golondrina. Los nidos en cuestión se venden a unos 3.000 dólares el kilo, así que la sopa debe de ser una exquisitez...
El nombre viene de los nidos de salangana (una especie de golondrina) que se encuentran entre las grietas de los acantilados y que sirven para hacer la sopa de nido de golondrina. Los nidos en cuestión se venden a unos 3.000 dólares el kilo, así que la sopa debe de ser una exquisitez...
Dónde alojarse
En Palawan y El Nido ciudad hay varios hoteles para elegir, pero si de verdad quieres disfrutar de este paraíso yo te recomiendo El Nido Resorts: un conjunto de cuatro pequeños complejos hoteleros, cada uno de ellos ubicado en su propia isla.
El más antiguo, y la opción más económica es Miniloc. No tiene piscina pero tiene la ventaja de estar "a tiro de kayak" de las lagunas (de las que hablo más adelante), con lo que se puede ir en cualquier momento y tenerlas para ti solo. Un lujo nada despreciable, la verdad.
El siguiente en precio y prestaciones es Lagen. Es posible alojarse en cabañas sobre el agua, frente a la playa o en habitaciones en el bosque. Tiene piscina y un restaurante donde comer a la carta o de buffet. También tiene los mejores atardeceres.
Pangulasian es la opción más lujosa: cabañas sobre palafitos, villas con piscina privada y una piscina común fantástica.
Y por último está Apulit. Esta isla está separada del resto porque se encuentra en la costa oriental de Palawan (las demás están en la costa occidental). Mientras que las excursiones y actividades que se organizan para las otras tres son comunes, esta tiene un programa propio. Es la que tiene mejor playa y los fondos marinos más bonitos. Si lo que quieres es bucear, esta es la mejor opción.
Cómo llegar
Lo más cómodo es coger un vuelo directo hasta El Nido. Hay varias opciones diarias desde distintas ciudades.
Desde allí son 10 minutos hasta la playa y luego media hora o 40 minutos hasta la isla donde te alojes. Excepto para Apulit, que hay que hacer un trayecto de más de una hora en coche para llegar hasta el barco.
Existe la opción de volar a Puerto Princesa, la capital de Palawan. Es más económico y hay vuelos desde muchos más puntos, pero desde allí hasta El Nido son unas 6 horas de autobús.
Qué hacer
Tanto o tan poco como quieras. Pero si vas hasta allí lo mejor es que no te pierdas las actividades, porque las playas y las lagunas son maravillosas y el buceo (incluso solo haciendo snorkel) merece muchísimo la pena.
En los propios resorts se puede hacer kayak y paddle surf. También se organizan caminatas guiadas por las islas, cruceros para ver el amanecer y el atardecer, inmersiones de submarinismo, y varias excursiones para visitar pequeñas islas.
No te pierdas las excursiones. Es la manera de descubrir las islas, los acantilados y las lagunas que hacen único este paisaje.
Nosotros hicimos dos excursiones de island hopping. Las bangkas, unas embarcaciones típicas con dos postes de madera a los lados para dar estabilidad, salen desde el hotel y la tripulación se encarga de llevar las toallas, mascaras, tubos y aletas, así que realmente no hay que preocuparse de nada más que de disfrutar.
El recorrido del primer día comenzó en Small Lagoon, la más pequeña de las dos lagunas que se visitan. Con la bangka se llega hasta la entrada de la laguna, pero después hay que ir en kayak porque el acceso es una abertura muy estrecha entre rocas por las que no pasa un barco normal (de hecho, incluso en el kayak hay que tener cuidado para no darse en la cabeza.)
Una vez dentro el paisaje es espectacular: paredes de piedra casi verticales y agua totalmente transparente. Una maravilla.
Eso sí, se llena de gente. Muchas de las islas son privadas pero las lagunas no, de manera que vienen muchas excursiones desde El Nido ciudad. Nosotros estuvimos en Semana Santa, que allí es temporada requetealta porque encima es verano, así que había bastantes barcos. Aun así me pareció espectacular.
Por eso lo de quedarse en Miniloc y poder ir allí por libre y tener esa maravilla para ti solo me parece alucinante.
Después de Small Lagoon fuimos a Miniloc. Allí hay una colonia de jureles enormes y es chulísimo bucear con ellos porque son bastante grandes (hasta metro y medio).
Después del kayak y el buceo toca relajarse y reponer fuerzas y para eso Entalula Island es perfecto.
Entalula es una isla privada que forma parte de los resorts pero que no tiene alojamiento. Es un beach club que funciona durante el día, con restaurante buffet, bar (las piñas coladas con zumo de piña y coco natural son de otro mundo) y cabañitas con tumbonas y hamacas perfectas para dormir la siesta.
Después de alargar nuestro rato en Entalula todo lo que pudimos (fuimos los últimos en marcharnos), de camino de vuelta al hotel pasamos por Big Lagoon.
La entrada a esta laguna es más amplia y sí pudimos pasar con la bangka, aunque tiene muy poco fondo y hay que tener cuidado si la marea está muy baja. El agua aquí es entre verde y turquesa; una pasada.
El segundo día decidimos repetir el plan pero por otras islas.
Empezamos visitando Cudugnon Cave, una cueva que antiguamente se utilizaba con fines funerarios y donde se han encontrado restos de cerámica y joyas. Para entrar hay que reptar por una apertura muy estrecha, pero una vez dentro es muy amplia y tiene mucha luz natural que se filtra por el techo.
El mejor sitio para ver la barra de arena es el mirador que hay en lo alto de la colina de la izquierda. Aunque esta vez lo pillamos con la marea alta (en la zona de la barra el agua nos llegaba por encima de las rodillas) tengo una foto de cuando estuve en el 2006.
Sorprendentemente estuvimos solos prácticamente todo el tiempo.
La comida fue en Dubuluan Island, el otro beach club de El Nido. La playa de Entalula es un poco más grande, pero el fondo del mar aquí es impresionante. Hay corales a un metro de la superficie y es como estar dentro de un acuario.
La hora de llegada al hotel después de las excursiones es sobre las 3 o 4 de la tarde, el momento perfecto para relajarse un rato en la piscina y aprovechar el happy hour para probar los cócteles. Además de la piña colada, mi favorito es el daiquiri de mango, con zumo de mango hecho al momento.
El último día aprovechamos la mañana para hacer la caminata por Lagen.
El recorrido no es muy largo (se hace en unos 40 minutos) y atraviesa un bosque tropical impresionante. El inicio es muy escarpado, y luego la bajada es un poco más suave, pero no tiene mayor problema.
De las cuatro islas, Lagen es la que tiene mayor diversidad ecológica. De hecho, nada más salir vimos un lagarto monitor de agua, que ya habíamos tenido ocasión de ver nadando (el lagarto, quiero decir; nosotros por suerte estábamos fuera del agua, si no me habría dado algo, que esos bichos son enormes...)
Los árboles son altísimos, y con unas raíces enormes que parecen paredes, ¡más altas que yo! (Vale que yo soy chaparrita, ¡pero estamos hablando de raíces!)
Como recompensa a tanto esfuerzo, el camino termina en una preciosa calita entre paredes de piedra donde nadar y relajarte.
La vuelta la hicimos en kayak, porque son solo 15 minutos bordeando la costa, así que es perfectamente factible aunque remar no sea lo tuyo (ni lo mío...)
Y si quieres algo realmente especial...
Para terminar, si de verdad quieres algo especial, pide que te preparen una cena privada. Hay varios lugares donde las pueden organizar, y te aseguro que es algo mágico.
Nosotros tuvimos la inmensa suerte de que nos prepararan una, nada menos que en Snake Island. Sí, la lengua de arena de la que hablaba más arriba y que de día habíamos visto con la marea alta.
Ya solo el viaje en barco hasta allí, bajo un cielo absolutamente repleto de estrellas, mereció la pena.
La barra de arena estaba iluminada con un camino de antorchas que conducía hasta la mesa. Un despliegue totalmente mágico con flores, velas, antorchas y una comida buenísima. A mí me parece mentira que se pueda montar algo así en una isla desierta. Por tener tenía ¡hasta baño! Sí, un baño "real" que hicieron cuando estuvo Alberto de Mónaco, y que ahora se utiliza en estas cenas.
Sin lugar a dudas, una de las experiencias más bonitas que he vivido en mi vida.
Así que, ya sabes, si todavía no estaba, ya puedes incluir Filipinas y El Nido en tu lista de destinos pendientes.
Mil gracias, Marc y Dom, por hacer que nuestra estancia fuera sencillamente perfecta.
Genial! Preciosas fotos. Lo apunto como destino pendiente
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Nacho! Pues, sí, apúntatelo porque no defrauda! Un abrazo
EliminarGran viaje, ¡y muy buenas las fotos! Yo estuve por allí hace algo más de 10 años, no había ni cajero automático.
ResponderEliminarNo sé cómo habrá evolucionado El Nido, pero tengo un gran recuerdo. El mejor snorkel que he hecho nunca, excursiones en barco visitando islas/islotes y nos cocinaban un pescado fresco en la misma arena en una barbacoa improvisada. ¡Un pequeño paraíso!
¡Muchas gracias Eneko! Yo estuve por primera vez en el 2006. Ha evolucionado, como tú dices, pero la zona está muy protegida y se nota. ¡Sigue siendo igual de espectacular! Qué bien que te gusten las fotos, viniendo de ti es todo un halago. ¡Gracias!
EliminarEnvidia... Sana???
ResponderEliminarJajaja, qué chulas las fotos...
Ya nos contarás