Llevaba ya un tiempo dándole vueltas a otra entrada sobre libros pero no tenía muy claro cómo enfocarla, así que me puse a mirar en mi lista para ver los que había leído últimamente.
Como ya conté en Diez libros para este verano que no son los típicos bestseller, desde hace unos años me apunto todos los libros que leo porque me gusta llevar un recuento y porque luego si no se me olvidan. El caso es que repasando mis lecturas, me he dado cuenta de que hay bastantes que a pesar de no tener nada que ver entre sí, tienen una cosa en común.
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¿Y qué es eso que tienen en común? Pues que, o bien tienen como personaje principal un niño (o joven) poco corriente, o están contados desde el punto de vista de uno.
Antes de nada tengo que decir que no soy especialmente niñera (fuera de mis hijos y sobrinos, quiero decir) y que el hecho de que aparezca un niño en un libro no basta para que me guste. Hay veces que los críos son profundamente repelentes (y, normalmente en esos casos, los adultos que les acompañan más todavía) así que lo que me atrae de este tipo de libros no es la ternura que me pueda despertar el niño en sí, sino el punto de vista desde el que está contado.
En mis primeras recomendaciones ya aparecía un libro de ese tipo, El universo contra Alex Woods, en el que el protagonista es un chico de 17 años nada corriente que entabla amistad con un viejo cascarrabias. Si aún no te lo has leído, aprovecho para volver a recomendártelo.
En fin, aunque es obvio que no se puede considerar como una categoría literaria, está claro que es un tipo de libro que a mí me llama la atención. Seguro que tú también has leído alguno, así que luego me cuentas, ¿vale?
Mientras tanto aquí tienes mi selección: